viernes, 16 de marzo de 2012

La clase de Tecnología

Me invita Joaquín a participar en este blog con el objeto de abrir canales a la comunicación entre padres y profesores que puedan contribuir a ayudar a nuestros alumnos a desarrollarse tanto personal como académicamente. He leído el comentario de los padres de Álvaro y no he podido evitar recordar a mis hijos cuando venían del colegio y les preguntábamos lo que habían hecho durante la mañana. La respuesta era siempre la misma: “nada”. Los alumnos no suelen ser buenos informadores de lo que pasa en clase. Tengo la impresión que en muchos casos realmente para ellos nada de lo que pasa en clase es realmente importante, porque su vida es otra, y las clases sólo son aburridos paréntesis obligados en vidas llenas de excitantes emociones nuevas. No les culpo, pero todos sabemos que esos paréntesis aburridos tendrán una influencia decisiva en su futuro y tenemos la obligación de hacer que los aprovechen lo mejor posible.

Desde mi punto de vista hay dos cosas que debemos hacer para ayudar a nuestros alumnos o hijos. La primera es exigirles que cumplan con sus obligaciones, tanto académicas como familiares (ayuda en casa, colaboración con las tareas familiares, etc). Ceder ante caprichos o negativas a realizar las tareas que deben realizar no hace otra cosa que posponer un problema que seguro surgirá más tarde con más difícil solución. Somos adultos y responsables de nuestros alumnos e hijos y eso exige un duro trabajo. ¿Qué pensaríamos de unos padres que cuando un niño chico se lleva a la boca algo que encuentra tirado en la calle no se lo quitaran por no oírlo llorar? Lo mismo pasa con los adolescentes, es un trabajo duro, pero si perseveramos da sus frutos, se lo puedo asegurar.

La segunda cosa que pienso debemos hacer es intentar comprender su mundo, que es otro del que nosotros vivimos a su edad. Un mundo en continuo cambio que exige habilidades que no eran necesarias cuando nosotros estudiábamos o comenzábamos nuestra vida laboral. Estas nuevas exigencias hacen que los métodos de enseñanza en los centros educativos estén en continua evolución tratando de adaptarse a esta nueva realidad. La clase magistral, en la que el profesor da la información y los alumnos escuchan no es la única forma de enseñar, es útil en algunos casos, pero no en otros. Debido a esta evolución constante nuestros alumnos tendrán que estar aprendiendo durante toda su vida (nuevos programas de ordenador, nuevos sistemas de organización del trabajo, nuevos sistemas de comunicarse con otras personas, con las empresas o la administración, nuevos tipos de familia, etc.). Un ejemplo: antes enseñábamos a nuestros alumnos cómo se hacía un currículum. Ahora además hay que enseñarles cómo colgar ese currículum en internet, dónde hay páginas que ayudan a confeccionarlo, que existe una página donde puedes subir tu currículum estandarizado para toda la Unión Europea para que pueda ser leído en distintos idiomas.... Es imposible enseñarles todo porque cada día hay cosas nuevas. Por eso uno de los retos del sistema educativo actual es enseñar a nuestros alumnos a ser autónomos a la hora de aprender, que sepan buscar, valorar y utilizar la información para que puedan seguir formándose y aprendiendo por ellos mismos durante toda su vida.

Es el sistema que intento seguir en las distintas asignaturas que imparto en este centro. En concreto en Tecnología de tercero (y aprovecho para darles la información que quizás sus hijos no les hayan transmitido, como comentaba al principio) estamos trabajando el tema de “Mecanismos” a partir de una unidad didáctica en la que se dirige a los alumnos a distintas páginas en las que buscan información y luego deben hacer una serie de ejercicios, unos en línea y otros a partir de hojas de problemas que se descargan de Internet. De esta forma cada alumno va aprendiendo a su ritmo, preguntando al profesor las dudas que tiene, sin quedarse atrás al no entender las explicaciones, porque (si sigue las instrucciones del profesor) no avanzará al siguiente ejercicio hasta que no haya terminado el anterior. Además puede trabajar desde casa si ve que va retrasado con respecto al plan de trabajo previsto.

Pueden ver la unidad didáctica, y el calendario de exámenes y entrega de ejercicios en la página www.todoeso.weebly.com. En ella deben pinchar en tecnología 3º y descargar el archivo cuad_3_uni_10_mecanismos_20120320.doc .

Espero haber contribuido un poco aclararles lo que hacemos en clase y cómo lo hacemos con la esperanza que eso les ayude en la educación de sus hijos, pero recuerden: el mejor método pedagógico no sirve si el alumno no quiere aprender.
Agustín Irissóu





miércoles, 7 de marzo de 2012

Resistencias a cambiar hábitos

Estimados/as madres y padres
La madre y el padre de Álvaro han tenido la confianza de compartir sus preocupaciones. Sería estupendo que otras familias también comunicasen las suyas. ¡Muchas gracias!
Hoy hemos dedicado la tutoría a "vencer las resistencias" que pone cualquier ser humano a la mera idea de cambiar de hábitos.


He insistido en que el primer paso consiste en trazarse uno o varios objetivos concretos, en la parte superior de la hoja, antes de empezar a organizarse. No basta con decirse: "quiero aprobar". Por la ley del mínimo esfuerzo se tenderá a intentar esa meta por medios adecuados al fin: muchos aprueban sin estudiar más que un día antes del examen; yo también. Lo cierto es que ese propósito conduce con toda seguridad al fracaso, a la pérdida de autoestima ("los otros son más listos") e incluso a una idea errada de justicia competitiva: "los del curso 3º B son más listos, se lo merecen". Pero no hay reservas antes de tiempo para una profesión u otra, ni para acabar la ESO o no poder terminarla.
Lo que puede movilizar todas mis capacidades es una meta que trasciende al sistema; tampoco sirve buscar el refrendo o la fama en el aula, porque se instituye el consenso de que no vale la pena estudiar e incluso que estudiar es algo casi vergonzoso, inconfesable. No exagero.
Creo que es tan sencillo como plantearse a esta edad, que es la adecuada, hacia dónde se orientan mis gustos y mis talentos. Hay distintas inteligencias, que todos y todas hemos cultivado en mayor o menor grado: lingüística, lógico-matemática, musical, corporal-cinestésica, intrapersonal, interpersonal, naturalista. La ley española y muchos organismos internacionales hablan de competencias: lingüística y comunicativa, matemática, social y ciudadana, tratamiento de la información y digital, cultural y artística, aprender a aprender de forma permanente, autonomía e iniciativa personal. Viene a significar que esas inteligencias o talentos potenciales se desarrollan en un contexto social determinado, y tienen que enseñarse/aprenderse con medios concretos: el currículo educativo. Durante la ESO se cultivan todas; pero en el último curso ya se les plantea a los jóvenes la necesidad de elegir entre tres opciones: científico-técnica, social-humanística y, en la práctica, formación profesional. Con el nuevo bachillerato y la nueva FP que se avecinan (para el año 2013, es decir, no el curso siguiente), ese curso de 4º ESO se transforma en el 1º de Bachilerato o de FP.



Las "inteligencias" o las "competencias" son objetivos demasiado generales. Cuanto más concreto sea el objetivo, más sirve para motivar a un/a adolescente. A los profesores y las profesoras de hoy nos enseñan a que enseñemos convirtiendo los objetivos en tareas que obligan a resolver problemas, como en la vida "real".
En el caso de las familias, chicos y chicas, madres y padres, supongo que el objetivo en el encabezamiento puede ser un ámbito profesional: sanitario, docente, economista, política, informática, artista, actriz, etc. No es definitivo, pero sí sirve para obtener lo que considero más necesario: el disfrute del aprendizaje.
Hoy les decía a las chicas y los chicos que estudiar puede generar "endorfinas", como hacer deporte, salir con amigos y amigas, ver una película emocionante. Aprender con gusto es posible, si
- se trazan objetivos
- se empieza por aprender de forma activa en el aula: tomar apuntes organizados con un mapa conceptual, antes de empezar a estudiar; por tanto, lo mejor es leer el tema antes que se practique en clase. Basta con leerlo y fijarse en los títulos de sus partes ("epígrafes") para organizar la mente.
- se dedica, al menos, dos horas de la tarde al estudio, y unas cuatro horas como máximo. Esas dos horas mínimas se pueden repartir, de forma flexible, entre repasar lo que se ha hecho hoy en clase, revisar los apuntes, contrastarlos con el libro de texto o con Internet; y hacer las actividades o los típicos "deberes". En mi materia tienen que realizar un proyecto que se prolonga durante uno o dos meses; ahora estamos trabajando a partir de un guion que algunos ya han preparado, con ayuda de un programa de presentación digital. Creo que en otras materias ocurre algo parecido.
La materia o el tema que no les gusta no puede generar disfrute, pero tampoco debería paralizarles; no puede empezarse ni terminarse por ello, sino ponerlo "en medio" del orden de la tarde, para que no cueste tanto empezar ni lo dejemos sin terminar.



Por eso, cuando algún joven, sea Álvaro o cualquier otro/a, les dice a sus padres que "no tiene nada que hacer" por la tarde o el fin de semana, se les puede recordar que todos los días es posible repasar. Y en aquellas materias o temas que les gustan personalmente, además, es maravilloso investigar y descubrir por sí mismo, gracias a los nuevos medios. Hoy me decía Álvaro que le gustaría estudiar y trabajar en la política; muy necesario en nuestro tiempo. Todas las materias le pueden servir, pero en especial las Ciencias Sociales, la Lengua y la Literatura, los Idiomas.
El trabajo de la orientadora y del tutor, en este curso y en los demás, puede ayudar a cada adolescente a encarar el futuro de esa manera. Pero mucho más, sin comparación, es lo que los jóvenes crean por sí mismos, automotivándose y orientándose, propiciando emociones positivas, disfrutando de su autonomía y su libertad para trazar objetivos y realizarlos, poco a poco.
Ruego a cada madre y cada padre que aporten su propia visión sobre sus hijos e hijas. Es muy comprensible que se cansen ante las resistencias y piensen que no podemos vencerlas. Tienen razón. Los protagonistas son los jóvenes, pero está en su mano, al menos, reforzar las actitudes positivas y premiar los logros, dialogar cada día sobre lo que más han disfrutado en el aula y animarles a prolongarlo en su estudio.
Cada joven es un mundo, así que es imprescindible que ustedes participen y que cuenten, también, con la orientadora del centro, María Crespo. Durante estos días está conversando y orientando a algunos jóvenes, quienes arrastran de la 1ª evaluación un alto número de suspensos. Como dice ella, "ahora es el momento" para afrontarlo.


lunes, 5 de marzo de 2012

Somos los padres de Alvaro. Chary y Miguel,

Estamos totalmente de acuerdo con todo lo que usted propone, pero como lo vamos a ayudar si no le mandais nada, lo poco que se le manda lo hace en clase, palabras del niño que obviamente no creemos, insistiendo se crea un ambiente de conflicto en el que el es la victima lo tiene todo hecho y le cateais, en resumidas cuentas bronca familiar.
Ofreciendole la ayuda para los trabajos del fin de semana como nos recomendaste, nos dice que nadie sabe nada de lo que hay que hacer, que lo que usted pidio nadie se a enterado, que le a preguntado varias veces y sigue sin enterarse????. Gracias un saludo cordial.